Estuve pensando durante tantos días en el NaNowrimo, en mi plan de escritura, en cómo iba a enfocar la novelette, que no me di cuenta que debajo de todo eso había un montón de estrés y de ansiedad, que no quería escribir tan deprisa. Y casi una semana después de empezar, me he dicho que yo a mi ritmillo. Y me he bajado del burro. Sigo escribiendo, pero en vez de tener que escribir dos mil palabras cada día, he bajado a quinientas y mira, mejor. No sé, quizá este año no estaba tan preparada.
A menudo me preocupa el ritmo de publicación porque me comparo con otros autores más prolijos (inevitable). Pero quizá esté bien así. Quizá es lo que necesito en este momento... Es complicado no compararse.
Whatever. Estoy escribiendo. Eso es lo importante. Quizá el año que viene me lo pase así. Para tener mucho material y editar y luego seguir escribiendo. A lo mejor funciona, a lo mejor no.
¿Quién sabe?
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¡Huy! Una abeja.