A pesar de que no es ya en absoluto una novelette y la bestia parda tiene ya casi 55k palabras, creo que voy a ser capaz de terminar proyecto #chico a tiempo. Es decir, para el uno de febrero. Es algo que no me creo ni yo, pero está pasando. Lentamente los personajes se encaminan hacia el final (el desastre) y pronto tendré que despedirme de Robin y Luca. Al menos, hasta el año que viene, que será cuando venga el momento de editarlo.
Caray, esa novela en la que si no puedo recortar para devolverla a una novelette se ha vuelto tremendamente intensa, donde es ahora Robin quien busca el perdón de Luca. Y no lo tiene fácil. Pero, tranquis, que seguro que acaba todo bien, jeje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Huy! Una abeja.