Ya hemos pasado los mediados de Septiembre, la vuelta al cole ya no es tanta novedad y por fin estoy de vacaciones. Aunque esto es relativo dado que para no perder el hilo de lo que estoy escribiendo, intento hacer algo cada día para que la vuelta no sea tan terrible. Pero es una sensación maravillosa estar de vacaciones y no tener que preocuparte por el despertador. Tan solo pensar qué vas a desayunar y en qué vas a emplear el resto del día.
Hace unas pocas semanas estaba maldiciendo porque todo el mundo se estaba yendo de vacaciones. Aunque no vayamos a ir a ninguna parte, el hecho de haber rebajado el nivel de trabajo a casi nulo ya hace mucho.
Sí, estoy dando un sorbo a mi café latte mientras miro con suficiencia por encima de mis gafas a las hormiguitas de otoño que volvieron de sus vacaciones de verano.
Muejejejeje
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¡Huy! Una abeja.