jueves, 14 de mayo de 2015

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Es duro abrirse paso entre gente que siempre va cogida de la mano. Es duro empezar de cero y contemplar esas "pequeñas familias", vivir en una "comunidad comunista", por así decir, que todo se tenga que hacer juntos, porque así va el sistema, y no puedes diferenciarte. Es duro tener que enterarte de las cosas por detrás. Es difícil levantarse cada mañana para entrar en un agujero lleno de gente feliz, donde abrirse paso es... imposible. Tenía amigos. Tenía mi mundo. Tenía mi felicidad. Lo tenía y lo tuve que dejar para seguir un camino diferente. Y cuando te piden "sé como los demás" y lo intentas...


Acabas destrozado contra el suelo, roto, dolido y sanguinolento, porque lo intentaste, te abriste, te sacaron las tripas, te acuchillaron, y la negrura deja paso hasta lo que puede quedar de ti. Y te piden que vuelvas a intentarlo. Pero es mejor que no. Porque el mundo siempre da esperanzas que son mentira y duele. Duele mucho.

Amar es duro.

Y esto... un Infierno de las Calderas.

Mataría por volver a ver a mis amigos.