Un comienzo

Todas las mañanas, al mirarse en el espejo, recibía un Buenos días de él, el baali, el infernalista que habitaba en su interior. Conforme preparaba el café y sacaba las libretas, Cloud (Cloudy para los amigos) le hacía la misma pregunta de cada día: si tenía intención de escribir esa carta que le quemaba en la memoria, en las manos. Ella, cada mañana, le decía que no, con inusitada contundencia, pero esa vez fue distinta. 

Ese fue el día en el que, no por primera vez, Cloud la poseía desde lo más recóndito de su alma, de su interior y empezaba a escribir:

"Querido Pater Antonius", decía. "No tenga miedo de nuestras palabras, puesto que Legión, que somos los que escribimos, necesitamos del consuelo de alguien como vos. Perdónenos, Pater, puesto que hemos pecado".

Día uno

Lección del día: si tarda un mes en contestarte a un mensaje, es que, amigo mío, te han hecho ghosting y a esa persona ingrata le das completamente igual. Las cosas como son. El chocolate espeso y la leche en botella.

Y da igual lo que ese ser te haya dicho. Como por ejemplo que le importas, o que puedes contar con ella para lo que sea. Nah, todo mentiras. Queda una sensación de impotencia, de desesperación y te tocará pasar por las cinco puñeteras fases del luto, porque el corazón humano es así... pero míralo de esta forma. Una vez pasado todo... te habrás alejado de una persona tóxica. Y serás un poco más feliz. Y ya.

Es duro. Pero es lo que hay. Porque personas rastreras las hay por todas partes, por desgracia...

Que si fuera emperatriz, estas cosas no serían legales. No está bien...