viernes, 3 de octubre de 2014

Enajenación mental

Últimamente (uso mucho esa palabra, oi?) mis relatos han adquirido un matiz siniestro, brutal y, sobre todo, erótico, que, de momento, el único que ha sido capaz de aguantar ese extraño manantial de leer todo lo que escribo, ha sido Anubisín. Pobrecillo, ja, ja, ja. MUA, jajajajaja...

No me olvido...