miércoles, 3 de mayo de 2023

Cinco minutos

No entiendo el cerebro humano. O, al menos, el mío. Leí hace mucho tiempo que la resistencia que sentimos cuando tenemos que hacer alguna tarea tediosa (que no nos causa placer, vaya) el cerebro decide ponerse en modo ahorro energético y busca mil excusas para no hacerlo. Y entonces procastinamos. Pero el mío lo lleva a niveles épicos. 

De decir... mejor miramos memes antes que escribir una carta. Suena a plan. Estás ahí, evitando tanto como puedes hacer algo relativamente sencillo, pensando que va a ser horrible, porque te vas a quedar en blanco o no sabrás que decir... Y luego, cuando semanas más tarde lo haces, descubres que no fue para tanto. Y la sensación de ser una idiota se multiplica por ocho.

Descubrí también, con eso del ahorro energético cerebral, un truco que funciona la mayoría de las veces. 
La teoría de los cinco minutos. Cuando hay algo que estoy evitando hacer, pongo el temporizador cinco minutos. Y me prometo a mí misma que solo haré esos cinco minutos. Pero si cuando suene la alarma quiero seguir, avanti. Pongamos 20 minutos más (soy de pomodoros) y sigamos. Pero si cuando suene la alarma solo quiero parar, paro. Curiosamente, la mayoría de las veces acabo diciendo "Sí, sí, 20 minutos más", y me enfrasco. A veces me enfrasco tanto que se me va el tiempo y se me hace tarde para otras tareas y trabajos diversos.

Mi cerebro a veces es idiota. Porque podríamos llegar muy lejos si no fuera por el ahorro energético. Y digo yo, ¿para que la quieres? No somos filósofos ni ingenieros... No necesitamos ahorrar tanto... ¿Ño?

Huh...



1 comentario:

¡Huy! Una abeja.