martes, 9 de mayo de 2017

Tengo un perro de Tíndalos

A veces me quedo pensando en por qué mi perro parece a ojos de los demás un monstruo salido de la cuarta dimensión, todo colmillos y garras. O por qué la gente mayor con perros que muerden (pequeños pero matones), intentan echarle agua bendita a mi perro, como si fuera un perro de Tíndalos....

Realmente los más pequeños son los más agresivos y no sería la primera vez que una de esas mierdecillas ataca al perro, porque sí, porque se le ha girado la pinza y ya. Se anda con mucho ojo con esos perros porque son muy peligrosos. Pero la gente mayor los lleva como si nada. Y, sin embargo, cuando yo voy con el mío por la calle, se crea un caos general, que me hace rechinar los dientes.

A veces me dan ganas de coger al perro en brazos cada vez que se acerca uno pequeño, porque a veces me da miedo que le hagan daño de verdad. Y claro, la cara del veterinario sería épica cuando le expliques que tu perro de treinta kilos ha sido herido de gravedad por uno que no supera los diez.

Pero es que la gente es así de estúpida. Solo porque son pequeños asumen que son inofensivos. Y, la verdad, al próximo ataque, creo que me liaré a palabras con el/la dueño/a, de que debería ponerle un bozal a su perro porque está claro que es peligroso.

Señora, vigile a ese perro del demonio.