Bruh. Estoy resfriada. Pero a tope. Con fiebre y todo. Es gracioso cuando pienso que esto empezó por una afonía, de narrar tanto Mansiones de la locura. Y al día siguiente, masterear Aquelarre. Una afonía que se convirtió en una faringitis y de ahí, toma catarro.
Es llamativo cuando, a partir de las 9 de la noche me empiezo a apagar como una vela, me sube la fiebre y ya no soy capaz de pensar con claridad. A pesar de que insisto mucho en esta idea, en mi día a día intento seguir el ritmo de las cosas que hay que hacer, a pesar de que muchas veces soy consciente de que debería estar descansando lo máximo posible.
Estoy en la peor fase del resfriado: la tos seca. No puedo con ella... Me deja agujetas y la garganta hecha migas. ¿Y las miradas de la gente como si tuviera tuberculosis? De lo peor... Espero que pase pronto u.u
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¡Huy! Una abeja.